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Te invitamos a disfrutar de esta increíble melodía e historia dedicada a Club Solaris por uno de nuestros queridos socios.
Significa crear memorias, fortalecer lazos familiares y vivir experiencias que se convierten en parte de nuestra historia personal. En Club Solaris, cada visita trasciende lo turístico: es un reencuentro con uno mismo, con la familia y con una comunidad que se siente como un verdadero hogar.
En la vida moderna, donde el tiempo parece escurrirse entre rutinas, compromisos y pantallas, las vacaciones cobran un significado especial. No son únicamente días de descanso, sino espacios sagrados para reconectar con quienes más amamos.
Estos momentos sencillos, pero cargados de significado, se transforman en los recuerdos que los hijos atesorarán y que los padres recordarán con una sonrisa. En Club Solaris lo sabemos: viajar en familia es invertir en experiencias que duran toda la vida.
Algunos viajes son tan memorables que inspiran a crear arte. Ese es el caso del Dr. Cecil Hampton, socio que junto con su esposa, la Dra. Melanie Hampton, convirtió sus vivencias en Solaris en música.
Sí, Solaris tiene su propia canción de salsa.
El Dr. Hampton compuso “Solaris”, una pieza musical inspirada en los momentos, emociones y recuerdos que él y su esposa han vivido en nuestros hoteles.
Este testimonio no solo habla de vacaciones, sino de cómo Solaris dejó una huella tan profunda que se convirtió en melodía, ritmo y celebración.
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Soy el Dr. Cecil Hampton, profesor universitario y médico investigador retirado. Mi esposa es la Dra. Melanie Hampton, pediatra retirada. Club Solaris ha sido una influencia y una contribución extraordinaria a nuestro disfrute de la vida durante muchos años. Nos convertimos en propietarios de la Suite Presidencial hace muchos años (alrededor de 1990) y hemos visitado Solaris más de 30 veces. Ver más
Aunque ya no somos dueños, aún consideramos a Solaris como “nuestro hogar lejos de casa”. De hecho, estuvimos ahí el año pasado en septiembre.
La canción de salsa que escribí, Solaris, realmente captura la emoción y el asombro de Royal Solaris y de nuestras experiencias de vida allí. Lo único que desearía haber incluido en la canción son las maravillosas funciones nocturnas. Desde hace varios años me dedico a tocar guitarra y a escribir canciones. Ya no tenemos necesidad de dinero, así que si alguna vez necesitan una canción, puedo escribir una de manera gratuita si me describen el sentimiento y la esencia del momento.
Lo que me inspiró a escribir canciones sobre Solaris fueron nuestras experiencias reales allí: tantas y tan extraordinarias. Mi esposa, Melanie, describe nuestros viajes a Solaris como algunos de los mejores recuerdos de su vida. Ella es, sin duda, una “amante del sol”, y la semana pasada escribí una canción sobre ella titulada Reina del Sol. Le enseñé a correr en Solaris, y completó su primera carrera de 5 km en la calle frente al Hotel Royal Solaris. Llegó a convertirse en una de las marchistas más rápidas del mundo en su grupo de edad, y terminó un maratón en cada uno de los 50 estados de EE. UU. Corrió más de 70 maratones, y lo primero que hacía cada mañana en Solaris era salir a correr hacia el centro de Cancún y regresar. Lo primero que yo hacía era disfrutar del maravilloso desayuno y café del hotel.
Nuestra parte favorita de ser socios de Club Solaris, además de la comida, el entretenimiento, la atención del personal, la alberca, la playa, la laguna y simplemente pasar tiempo en el paraíso, fueron las personas de México. Hicimos muchísimos amigos: empleados del hotel, integrantes del equipo de deportes y entretenimiento, y huéspedes. Siempre esperábamos regresar y reencontrarnos con ellos año tras año. El charro mexicano, Pedro Santillán, quien se presentaba en el show de Tradiciones Mexicanas, se convirtió en mi mejor amigo. Lamentablemente falleció de cáncer hace algunos años. Los paseos organizados por Solaris también fueron memorables: Cobá, Tulum, Puerto Morelos, Maroma, Xel-Há, Isla Mujeres, por mencionar algunos.
De todos los momentos memorables de nuestras visitas, hay uno que sobresale: en uno de nuestros primeros viajes a Cancún vi a Pedro en el espectáculo y, accidentalmente, me lo encontré después de la función. Yo estaba muy interesado en aprender floreo (técnicas de lazo) y ya conocía algunas destrezas. Él me pasó su soga y quedó impresionado con lo poco que sabía y mi entusiasmo. Me invitó a su casa al día siguiente para enseñarme más, y así fue como nos hicimos amigos. Después de varios años de práctica me volví bastante bueno con el lazo, e incluso me invitaron a hacer una breve presentación en el escenario de Royal Solaris. Nunca quise hacer nada con el floreo más que por diversión, pero se convirtió en mucho más. Pedro y yo trabajamos junto a Reba McEntire en un video musical en Hollywood para la canción I’m Gonna Take That Mountain. La canción fue un gran éxito y estuvo nominada a Mejor Video Musical del Año en los CMT. También me contrataron para presentarme en un tour de seis semanas por Japón con un grupo de música Country-Western de Nashville. ¡Fue increíble! Tenemos dos caballos, y Pedro también me ayudó a mejorar mis habilidades de equitación cuando nos visitó en nuestra casa en EE. UU.
Comencé esta canción hace mucho tiempo, pero nunca logré que la música encajara con la letra. Esta copia no es perfecta, pero quizá te sea útil algún día en relación con las “noches en Solaris”. Me inspiré a escribirla al recordar una noche en la que mi esposa y yo observábamos una tormenta eléctrica a lo lejos bajo la luz de la luna en Royal Solaris.
Uno de los aspectos más valiosos de Club Solaris es la comunidad que se crea. Los socios y huéspedes no solo disfrutan del resort, también forjan amistades duraderas con otros viajeros y con el cálido personal mexicano. Estas conexiones son las que hacen que cada visita sea esperada con entusiasmo, como volver a ver a viejos amigos.
Pocas marcas o destinos pueden presumir de tener una canción compuesta por un socio inspirado en sus experiencias. Club Solaris lo tiene.
Y no es solo una canción: es un homenaje a lo que significa viajar, compartir y atesorar recuerdos en familia.
Porque al final, lo más importante no es cuántos viajes realizamos, sino las historias, vínculos… y hasta canciones que nacen de ellos. Y en eso, Club Solaris siempre ha estado —y seguirá estando— en el corazón de nuestros socios.